UN BELLO EJEMPLO DE RESTAURACION EN ESTILO

En el corazón histórico de nuestra ciudad se yergue un edificio singular en un entorno privilegiado como es la plaza de Santa Cruz, junto a bellos ejemplos renacentistas como son las casas de Miguel Torrero y Diego de Aguilar, sin olvidarnos de otras como las del Prior Ortal y la llamada de los Tarín.  Un edificio que desde el primer golpe de vista nos seduce por su empaque y cuidado de sus detalles.

Siempre me ha llamado la atención, despertando mi curiosidad por saber algo más de su historia, ya que para las guías histórico artísticas sobre Zaragoza era un desconocido. Para saber algo de los orígenes de este lugar debemos remontarnos a la época renacentista en donde nuestra ciudad se engalanaba con verdaderas obras soberbias de su arquitectura civil. Pero demos un salto en el tiempo para entender bien lo que os quiero explicar. A mediados del siglo XIX surgió en Europa un interés por el Patrimonio y puesta en valor del mismo sin precedentes hasta entonces. Fruto de lo cual se irán consolidando varias teorías de restauración que tendrán a la larga la consecuencia de una tendencia de "hacer ciudad" con un interés especial por salvaguardar y dar una nueva vida al patrimonio histórico. Destacará en este primer momento la teoría de la Restauración en estilo cuyo origen lo tenemos en Francia con las premisas de Violet-Le-Duc. Ésta implicaba interpretar la arquitectura histórica con los ojos del presente aplicando un método casi podemos decir que científico al objeto arquitectónico en cuestión. Llegando incluso en ocasiones a ser una interpretación libre dentro de unos cánones por parte del arquitecto teniendo como consecuencia final ejemplos "idealizados" en demasía para llegar incluso a acciones un tanto de pastiche muy criticados a posteriori.  Dicho esto, y centrándome en el edificio motivo de estas líneas debemos remontarnos a la entidad que lo vio nacer, el Sindicato Central de Aragón.

Esta entidad nace en 1906 fruto de un espíritu que trataba de agrupar a ciertas asociaciones católico agrarias en Aragón y respondía a una necesidad de crear una entidad centralizadora que vinculase a las diferentes agrupaciones que había dispersas y sin conexión entre ellas. Así, a partir de la Unión Diocesana de Asociaciones Agrarias que en 1908 se agrupa con esta denominación y en 1909 un año después, se convertirá ya en el mencionado Sindicato Central – el cual acabará finalmente integrándose en 1917 en la Confederación Nacional Católico Agraria.

Consultando la documentación conservada en el Archivo Municipal de Zaragoza, sabemos todo lo referente al proyecto de construcción de la nueva sede del Sindicato Central en una manzana de 3000 metros cuadrados que agrupaba tres casas entre las calles San Voto y San Félix. Será el gerente del Sindicato, Mariano Baselga quien va a solicitar los servicios del arquitecto Pascual Bravo SanFeliu. Consultando el expediente y la memoria redactada con fecha 8 de julio de 1922 podemos ver lo que encontró el arquitecto ya que disponemos de los planos que realizó de las casas que iba a reformar. Concretamente el número 9 de la calle San Félix y los números 6 y 8 de San Voto. Es importante tenerlo en cuenta por la valiosa información que aporta respecto a los edificios precedentes que hunden sus raíces en la arquitectura tradicional barroca, motivo de una profunda reforma tendente a aglutinar estas tres casas en una nueva. Habrá un decidido intento de restauración en estilo manteniendo en la mayor medida posible las fachadas y los aleros, restaurando los tejados y manteniendo eso si los antiguos sótanos existentes. Sin embargo, los interiores se van a hacer nuevos tratando de mantener en la medida de lo posible una estética acorde con la casa regional aragonesa.  





El proyecto de Pascual Bravo nos muestra las fases y las pretensiones a lograr. Vemos como se ve la necesidad de hacer una serie de derribos concretamente el que afecta a la casa número 8 de la calle San Voto que prácticamente hay que derribarla por completo sin poder aprovecharse nada debido al estado de ruina que presentaba. Con respecto a la casa de San Voto número 6 presenta vestigios históricos de la arquitectura renacentista pudiendo remontarnos a los siglos XVI y XVII, destacando la disposición del patio interior o luna aragonesa que sirve como pieza distribuidora de las estancias principales de la casa. Esto es importante resaltarlo ya que esta parte de una de las casas antiguas va a ser el eje vertebrador del nuevo proyecto. Con respecto a la casa de la calle San Félix número 9, se mantendrá en la mayor medida la fachada y la zona de la escalera que será una secundaria del edificio definitivo. 

El proyecto integra así gran parte de las fachadas de las casas precedentes y queda distribuido en dos alturas: planta baja (eliminándose la planta entresuelo preexistente), planta principal engalanada ahora con nuevos balcones y la falsa con la característica galería de arquillos aragonesa. Vemos como esta nueva galería de arcos doblados con cierto aire mixtilíneo es una interpretación en estilo libre del arquitecto, ya que en los planos de las antiguas casas vemos como los vanos eran adintelados. 

Los grandes balcones sobre todo el que aparece sobre la puerta principal también son una interpretación un tanto libre, ya que no corresponde a la arquitectura tradicional del siglo XVI. En aquel tiempo apenas se abrían vanos al exterior y sólo hasta el siglo XVIII no son comunes los balcones en la planta noble del edificio.

Con respecto a los interiores, el proyecto destaca como ya advertí el centro distribuidor y principal que supone la luna aragonesa con correspondencia con lo que sería el patio precedente de la casa de San Voto número 6. Pascual Bravo diseñará un patio al estilo aragonés con elementos completamente nuevos hechos en el siglo XX imitando lo que sería un patio renacentista con columnas clásicas anilladas en la planta baja y galería de arcos en el piso superior. Hay una clara pretensión de interpretación de forma ideal de una casa señorial del siglo XVI.





El proyecto del nuevo edificio, sede del Sindicato Central de Aragón, cuidará mucho las partes dedicadas a los usos propios de la entidad. Así la planta calle sería propiamente la sede del Sindicato agrario es decir aquí se ubicaba en la zona central la parte de Atención al público y Oficinas, así como los almacenes y dirección. Por otro lado, la planta superior quedaría para las zonas destinadas a Casino agrícola. Será una zona más social y privada con salas destinadas a Biblioteca, Billares, Sala de Conversación y Café-Comedor. Encima de esto habría otra planta correspondiendo a la falsa de arquillos al exterior que se decide dedicar a viviendas de alquiler. Vemos claramente como hay un intento de carácter artístico en claro recuerdo a la casa tradicional aragonesa del Renacimiento en el que la arquitectura de Zaragoza brillaba con especial fulgor en el panorama de la arquitectura española.

Se buscaba un intento claro de dotar a la entidad del Sindicato de un edificio destacado dentro del centro histórico de la ciudad. Una entidad dedicada al apoyo del sector primario agrícola y ganadero vinculado a las cooperativas agrarias que permitía de esta manera facilitar a sus socios créditos y también el acceso a productos como semillas y maquinaria. Además, se fomentó una sección de crédito que a la postre tendrá como consecuencia el nacimiento de las Cajas Rurales. Esto nos llevará a que nuestro edificio con el paso de los años será sede de la Caja Rural de Zaragoza y de otras, producto de las fusiones entre Cajas.






Pero esto ya es otra historia, llegamos a la actualidad y concretamente al año 2021 en que el Grupo San Valero adquiere el inmueble fruto de un decidido interés por estar presente en Zaragoza a través de un edificio singular. Mi gratitud a los responsables de esta entidad por la amabilidad con que me han abierto las puertas de su casa.

Poco más puedo decir de este lugar, sus secretos ya me han sido desvelados, un edificio que pone de manifiesto la tendencia que aún imperaba a comienzos del siglo XX de restauración en estilo. Un proyecto de reinterpretación de la arquitectura aragonesa a través de un edificio nuevo con una pretensión clara de ser bandera e imagen de la entidad que lo pensó. Una entidad volcada en el campo que trató de poner en valor la arquitectura tradicional sin olvidar los usos prácticos que la entidad demandaba. Una mirada al pasado a través que un edificio cuyos moradores siempre han mirado al futuro. Por muchos años más…

Comentarios

Entradas populares