Parroquia del Gallo
Hoy os invito a entrar en la que para mi es la Iglesia más bella de Zaragoza.
Ubicada en un lugar destacado del entramado histórico de origen romano, junto a una de sus puertas y por tanto, un lugar sagrado desde tiempos remotos, es un crisol de estilos arquitectónicos en donde destaca con mayúsculas el mudéjar y el barroco en su decoración interior.
La iglesia de Santa María Magdalena, popularmente denominada del Gallo por aquel que corona su torre anunciándonos la salida del Sol, nos emociona desde el mismo momento que la contemplamos, majestuosa y plena de ritmo y pulsiones de líneas y color que nos seducen y nos enamoran de este portento del mudéjar aragonés, Patrimonio de la Humanidad.
Como os decía su ubicación, junto a la Puerta Este -conocida posteriormente como de Valencia- en uno de los límites del Decumano Máximo de la antigua ciudad romana, nos indican que su lugar no fue casual. Aquí debió haber un pequeño templo romano dedicado al Sol naciente, posteriormente, sabemos que en época musulmana, hubo una necrópolis y una mezquita -hecho constatado por la reciente restauración que ha revelado una ingente cantidad de restos óseos de diferentes épocas- la cual, sería reconvertida en templo cristiano tras la conquista de Alfonso I en 1118. Un dato revelador nos dice que en un testamento otorgado en 1197 se da un dinero para apilar piedra para la realización de una nueva portada junto a la torre de la parroquia. Hecho que denota que en esa época ya existía una torre y no sería otra que el primitivo alminar de la mezquita. Posteriormente y ya en el siglo XIV se procedería a realizar la obra mudéjar que ha llegado hasta nuestros días, ejemplo sobresaliente de la tipología de iglesias-fortaleza con torre en uno de sus lados e interior de nave única y capillas entre los contrafuertes y tribuna sobre las mismas.
En las fotos os muestro un recorrido por la torre que nos depara unas magníficas vistas del casco histórico de la ciudad . Podemos apreciar el tipo de doble torre que sigue el modelo de los alminares almohades que aparecen a partir del siglo XII. La parte interior queda dividida en 5 pisos y en el hueco que forma con la torre externa se aloja la escalera que se cubre con bovedillas de ladrillo en aproximación de hiladas. En lo alto de la torre y tras los dos cuerpos de campanas, nos encontramos en una terraza abierta y almenada en donde el protagonista es el gallo que da nombre a la iglesia y al barrio entero.
En el siglo XVIII, entre los años 1727 y 1730, el conjunto cambiara de orientación de la mano de Juan Yarza y Romero y su hijo Jose Yarza y Garín- abriéndose su puerta principal en el antiguo ábside que daba a la nueva plaza abierta junto al Coso. De esta manera la Iglesia pasará a tener el altar mayor en el lado contrario, las puertas laterales se cerrarán y el interior del espacio quedará caracterizado por la impronta barroca. Destocando sobre el resto el nuevo altar mayor dedicado a la Magdalena con traza de Julian Yarza y Lafuente y esplendidas esculturas de José Ramírez de Arellano. Tras el mismo encontramos la sillería del coro y el nuevo órgano que tiene la curiosidad y por motivos de falta de espacio- de tener alojados sus fuelles sobre un pasadizo elevado sobre la posterior calle del Órgano.
La parroquia de la Magdalena vuelve hoy a ser un lugar de oración y encuentro abierto a todos. Tras más de 20 años de restauración en que permaneció cerrada, hoy tenemos el privilegio de sentir la trascendencia de un lugar de más de 2000 años en suelo sagrado.
Quiero agradecer nuevamente al párroco que tan amablemente me acompaño en este viaje por la andadura de su querida casa. Gracias Juan.
Precioso por dos motivos está muy bien hecho y además es mi barrio
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras. Encantado te haya gustado !
ResponderEliminar