el PATIO GÓTICO de Puerta Cinegia
El paso del tiempo es inexorable. La ciudad avanza y engulle sin piedad lugares que en otro tiempo tuvieron su razón de ser.
Muchas veces solo nos queda el lamento de esa belleza perdida que se mitifica en el recuerdo. Pero hay ocasiones en las que el destino nos hace un guiño y nos deja muestras de ese pasado escondidas en otros lugares mayores que aparecen como hitos de la “modernidad” tan bien vista por algunos y detestada por otros.
Estas líneas son para rendir tributo a un superviviente que duerme en el edificio “Puerta Cinegia” situado en la plaza de España de Zaragoza.
Me estoy refiriendo al Patio Gótico que desde el siglo XV es testigo del devenir de este punto tan bullicioso de la ciudad y sin duda uno de los protagonistas más bellos del mítico TUBO zaragozano..
El patio se enmarcaba en una casa que se situaba en el número 7 de la calle de los Mártires. Hasta el primer tercio del siglo XX fue el centro distribuidor de una vivienda unifamiliar, habitada en el tiempo por diferentes personalidades, algunas de origen nobiliario, como atestiguan los escudos que aparecen en los capiteles de las columnas del primer piso.
A partir de esa fecha la casa vivió un periodo de decadencia, fragmentada en diferentes usos. El jardín interior se cerró y se destinó a diferentes fines como salón recreativo con bolera; laboratorio de perfumería y finalmente restaurante.
El resto de la casa se destinó a Casa de Huéspedes, hecho este que produjo que se cerrasen las galerías de arcos de los pisos altos para ser destinados a habitaciones.
Tras un periodo incierto, en el que llegó a peligrar la totalidad del inmueble, se llegó al acuerdo de conservar únicamente el patio gótico para integrarlo en el nuevo edificio que lo ha puesto en valor.
Como puede apreciarse en las fotografías, la parte baja se ha destinado a restaurante y las partes altas a sala de exposiciones.
La sensación que da es de un aspecto un tanto fragmentado, por los usos diversos y la falta de comunicación entre sus partes. No obstante es de agradecer su conservación, que nos deja uno de los pocos ejemplos de las casas zaragozanas del siglo XV.
Finalmente, pongo unas fotografías de como se encontraba a finales del pasado siglo, la diferencia es llamativa...
o O o
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