Iglesia de SAN FERNANDO
Alejada del centro histórico de Zaragoza, a orillas del Canal Imperial de Aragón encontramos esta joya de la arquitectura neoclásica que llama la atención por la delicada proporción y pureza de sus formas.
La iniciativa de su construcción se debió a Ramón de Pignatelli para que sirviera de parroquia a los trabajadores del citado Canal en Torrero. Las obras durarían 3 años estando concluidas en 1799. El artífice del proyecto fue Tiburcio del Caso que fuera discípulo de Agustín Sanz y denota influencias de lo realizado por Ventura Rodríguez para la Catedral de Pamplona.
Estamos ante una iglesia de plan centralizado y coronada con una airosa cúpula que se complementa con dos torres. El altar mayor dedicado a San Fernando forma un eje principal que se complementa con el atrio de entrada en donde se sitúan dos pequeñas estancias que hacen las funciones de capilla bautismal y capilla confesional respectivamente. Por otro lado el eje trasversal queda marcado por dos altares laterales, hoy dedicados a la Inmaculada y a Santiago.
Analizando la planta del edificio, vemos como este plan central circular se enmarca dentro de un cuadrado, creándose así cuatro espacios complementarios. Los dos que encontramos a ambos lados de la puerta de entrada, se utilizaron como viviendas independientes de la iglesia y hoy forman el despacho parroquial. Por otro lado, los dos situados junto al altar mayor fueron inicialmente las sacristías y hoy son dos espacios abiertos en la iglesia para alojar visitantes.
De entre el arte mueble que tuvo debemos recordar los 3 magníficos lienzos obra de Francisco de Goya que decoraban los tres altares de la iglesia (expoliados durante los Sitios , hoy se conservan únicamente los bocetos preparatorios); para sustituirlos se encargaron posteriormente a Manuel Aguirre y Monsalbe el dedicado a San Fernando para el altar mayor y a Fray Manuel Bayeu los dos laterales que incomprensiblemente se destruyeron esta vez en la década de 1960. En los altares laterales podemos ver hoy las pinturas que realizó Juan Bautista Topete.
El interés de esta Iglesia radica en la belleza de su arquitectura; en su concepto puro y sus volúmenes enlazados de forma perfecta. Su interior se resuelve con una gran sencillez formal de líneas claras y rotundas, creandose un espacio de
una gran armonía que invita al recogimiento y la oración.
Hoy es parroquia castrense dentro del recinto del Acuartelamiento San Fernando del Ejército de Tierra; agradezco la amabilidad con que el párroco me ha abierto las puertas de este templo para poder mostrároslo aquí.
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