vistas del COSO
Durante más de 500 años fue la calle más emblemática de la ciudad con sus más de 3 kilómetros de longitud. Su origen lo encontramos desde el mismo momento de la fundación de la colonia inmune de Cesaraugusta, allá por el año 24 antes de nuestra era.
Su punto de partida será el momento de la Inauguratio, es decir, el ceremonial religioso de origen etrusco que se seguía en las fundaciones romanas de ciudades de nueva planta o ex novo. Se contaba con el beneplácito del clima, los pájaros, esperando el buen augurio y así se fijaba el lugar aceptado por los dioses. El centro esencial de la nueva fundación se fijaba en un pozo, el denominado Mundus, en el cual el agrimensor trazará una cruz que será el origen de las dos vías principales de la ciudad. El Decumano que se trazará el 21 de diciembre siguiendo el eje este/oeste marcado por el sol naciente en el solsticio de invierno y el Cardo Máximo que seguirá el eje norte/sur. Ya sólo quedará marcar el perímetro de la ciudad y así, el sacerdote guiado por una novilla blanca y un ternero que tiran de un arado de bronce y portando en la mano izquierda un bastón irá marcando el surco originario, el sulcus primigenius donde construir la muralla; levantando el arado en aquellos lugares donde se abrirá una puerta, es decir, donde no haya surco. Se creará así el Cursus o Pomerium, el recorrido exterior de la ciudad, un lugar que no se podía habitar y que estaba reservado a los dioses.
Será a partir del nacimiento de nuevos barrios extramuros del núcleo romano y cobijados por la muralla medieval cuando esta zona que
había sido al principio periférica se ira transformando en la vía de
comunicación de mayor magnitud y empaque para terminar embelleciéndose con
edificios señeros para la ciudad.
Esta entrada, pretende ser un guiño a través de vistas
panorámicas, muchas de ellas, a esta importante vía -el primer cinturón de
ronda, por decirlo así de la ciudad-. Ya desde el siglo XV y debido a su
extraordinaria longitud el Coso se dividió en 6 partes. Tenemos constancia del
nombre de ellas y esto me va a servir para ir mostrándooslas comenzando desde la
puerta de la Tripería y recorriendo todo el Coso hasta la puerta del Sol. (la
zona frente al Ebro, hoy paseo de Echegaray, quedará fuera de este recorrido por motivos obvios).
COSO de Talada
Partiendo del Ebro encontramos el primer tramo del Coso comenzando desde el lugar que ocupara la puerta de la Tripería junto a la muralla romana y el palacio de la Zuda. En este tramo destaca la plaza del Mercado (hoy plaza de Lanuza) autentico ombligo histórico de la vida ciudadana.
COSO de Sogueros
Hoy, es quizás el tramo más elegante que concentra edificios destacados desde el palacio de la Audiencia y hasta la calle Alfonso I. Su nombre deriva de los artesanos que fabricaban sogas y cuerdas y que se concentraban antaño en esta zona.
COSO de Carabaceros.
Desde la citada calle Alfonso I y hasta la plaza de España. Este tramo deriva de los artesanos que vendían y trabajaban las calabazas (del catalán carabaça). Junto al anterior tramo de los Sogueros, forma el denominado también Coso Alto por los zaragozanos. Destacan edificios como el palacio de Sástago, el antiguo Casino Mercantil y sobre todo el conjunto de la plaza de España.
COSO de Pelliceros.
Hace referencia al oficio relacionado con el tratamiento y curtición de la piel de animales. Posteriormente estos artesanos se trasladarán a la parte baja del Coso, dando origen a la zona de las Tenerías. Comienza a partir de la plaza de España y hasta el Teatro Principal. En su centro encontramos la entrada a la calle Don Jaime.
COSO de Zurradores.
En recuerdo a los artesanos que quitaban el pelo a las pieles. Se situaban en esta zona y calles adyacentes en clara relación con el anterior tramo de los Pelliceros. Destaca en esta parte la entrada a la calle San Vicente de Paul.
COSO de la Judería
Aquí el Coso gira 45 grados en la zona donde se situaba el barrio de los judíos a ambos lados del mismo. A partir de ahí, se encamina nuevamente hacia el Ebro desarrollándose el último tramo. Destaca el antiguo Seminario de San Carlos y sobre todo la zona que ocupara la desaparecida Universidad Literaria. Al final, rebasada la puerta del Sol, encontramos el monasterio de la Resurrección que utiliza parte de la muralla romana en su fábrica.
El Coso zaragozano sigue siendo una vía para el disfrute de paseantes, un lugar en donde podemos seguir sintiendo la pulsión de la ciudad, salgamos pues a sentirlo en todo su esplendor...recordando aquello que antes se decía "todo lo que pase en Zaragoza, acabará pasando por el Coso"
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