casa del VICECANCILLER ANTONIO AGUSTÍN

 


En una calle poco transitada de nuestro casco histórico encontramos esta imponente casa de más de 500 años de antigüedad.
Los orígenes de la construcción se deben a la unión de varios casas propiedad de Antonio Agustín y Siscar, Vicecanciller del Consejo de Aragón durante los reinados de Fernando II el Católico y Carlos I,  que fijará aquí su residencia, según constata el censo de 1495. Aquí nacerán sus hijos Jerónimo y Antonio Agustín Albanell, éste último el gran filólogo, poeta, biógrafo, jurista, teólogo e historiador, considerado el "fundador de las fuentes del Derecho canónico" , brillante figura del Concilio de Trento y Arzobispo de Tarragona los últimos nueve años de su vida, sin lugar a dudas una de las personalidades más destacadas del Renacimiento español. 
Es en estos momentos a partir de 1530 y a instancias de Jerónimo Agustín cuando la casa va tomando la forma como la conocemos hoy. Un patio con cuatro potentes columnas anilladas servirá para distribución de las estancias más destacadas a las cuales se accede por una imponente escalera cubierta con una soberbia cúpula de aristas con impresionante pinjante en su centro decorado con mocárabes. Esta cúpula, sin duda, uno de los elementos mas destacados que conserva la casa, nos recuerda en su composición, al propio escudo de los Agustín: una estrella de de ocho puntas en oro sobre campo de azur. 




Posteriormente la casa se engrandeció por mediación de los Condes de Fuenclara quienes definieron la imagen del palacio tal y como hoy lo conocemos. Y más concretamente a partir del V conde Pedro Cebrián y Agustín, nacido de la unión en 1678 de Lorenza Agustín y Martínez de Marcilla con José Cebrián y Alagón,
Tras servir de residencia a esta ilustre familia tras varias generaciones, acabo pasando a manos del Arzobispado en 1879 mediante donación de Manuel Dronda Ascarraga con el fin de servir de sede a una "Sociedad de Protección de jóvenes obreros y comerciantes".

Ya en el siglo XX y en su fachada principal se abrieron locales comerciales, destacando sobre todo la librería y galería de arte "Libros". Abrió sus puertas en 1940 fruto del visionario que fue Tomás Seral y Casas, escritor, editor y gran promotor de la Vanguardia nacional, con galerías también en Madrid y París. El caserón sirvió además para otros fines y en su interior destacó la apertura del teatro Salón Fuenclara que posteriormente se convirtió en el cine del mismo nombre y finalmente en el recordado "Arlequín"...




 Hoy nuestro palacio es sólo un recuerdo de todo eso. Sus puertas están cerradas y su futuro sigue incierto. En 2002 y tras la compra por parte del Ayuntamiento, se ha procedido a una restauración de cubiertas y partes mas urgentes que finalizó en 2008.
Confiemos en que Zaragoza rescate pronto a este monumental naufrago que pide a gritos ocupar el lugar que merece por historia y elementos que aún atesora.

Comentarios

Entradas populares