TRIO DE PUENTES SOBRE EL EBRO

 Zaragoza es una ciudad de agua. Nacida al amparo del milenario Hiberus, el padre Ebro la mece eterna como a su hija más querida. Tres de sus afluentes, el Jalón, el Gállego y el Huerva la enriquecen, haciendo que la ciudad de los 4 ríos sea alabada desde hace más de 2000 años por propios y extraños.

Muchos son los puentes por tanto que podemos encontrar y apreciar en el deambular que os invito a realizar siempre acompañados de una curiosidad que me supongo no os falta.

Yo aquí me voy a detener en un trio de puentes extraordinarios que cruzan nuestro amado Ebro. Lugares con nombre propio que son transitados de forma continua convirtiéndolos en referentes de nuestra ciudad. El agua es protagonista y por tanto Zaragoza es una ciudad de puentes, como no podía ser de otra manera. 


Comenzaremos con el llamado tradicionalmente Puente de Piedra, el primero y que hunde sus raíces en los orígenes mismos de la ciudad, de la colonia de Caesaraugusta. Seguiremos con el llamado del Pilar, hito de finales del siglo XIX y que supuso el segundo puente estable sobre el rio. Y finalizaremos con el esperado y soberbio del Tercer Milenio que inaugura el siglo XXI. Tres puentes que contextualizan tres momentos trascendentes para Zaragoza y es por ello que merece la pena les dedique estas líneas.




Comencemos, hablar del Puente de Piedra es trasladarnos a la razón de ser del primer asentamiento estable a orillas del Ebro. ¿Fue antes la ciudad o el puente?, esto sigue siendo un dilema. Es evidente que el lugar estratégico elegido, donde apenas en unos kilómetros vertían sus aguas tres de los mayores afluentes del caudaloso Ebro, no era baladí. No es de extrañar que el puente que hoy observamos aprovecha cimentación de su antepasado romano, no obstante, pasarán siglos hasta que el viejo puente de piedras y madera, tantas veces reconstruido por innumerables vicisitudes naturales y humanas, adquiera un empaque digno a su importancia. Será en la Baja Edad Media cuando el empeño, tanto del Concejo ciudadano como de la Monarquía Aragonesa, de como resultado un puente de piedras en su totalidad, con puertas, torres e incluso 6 molinos harineros. En 1440 se dio por concluido y Zaragoza por fin, se engalanaba con una soberbia obra a la altura de su capital relevancia. A finales del siglo pasado se embelleció con los esplendidos leones en bronce que Francisco Rallo pensó, recordando otros que antaño tenía el puente, y se rehabilitó en su totalidad dando un mayor protagonismo al tránsito peatonal.



Hablar del Puente del Pilar, popularmente conocido como el de Hierro, es hablar del segundo puente estable que tuvimos. Hubo antes un puente de tablas en un punto cercano a éste, pero la ciudad demandaba un segundo paso de comunicación más robusto, sobre todo para satisfacer las demandas del tráfico rodado. Fue compleja su construcción que se dilató de 1887 a 1890, rectificándose varias veces el proyecto para adaptarlo a las necesidades que se iban encontrando, el Ebro siempre traicionero y de caudal muy cambiante tuvo en vilo al ingeniero Antonio Fernández de Navarrete y Hurtado de Mendoza, Marqués de Legarda. Hoy el puente de uso peatonal, se complementa con dos plataformas laterales para el tráfico rodado fruto de la acertada reforma que Javier Monterola finaliza en 1991.





Finalizamos con el Puente del Tercer Milenio, una de las obras señeras de la Expo Internacional del Agua que celebramos en 2008. Este hito de la arquitectura, obra de Juan José Arenas de Pablo, es el mayor puente de arco de hormigón suspendido del mundo. Está formado por un arco de hormigón blanco de 216 metros y 5000 toneladas de peso atirantado por el tablero que le hizo valedor del primer premio que otorga la Asociación Científico-Técnica del Hormigón Estructural. Recorrerlo es una gozada, a cualquier hora del día o la noche, multitud de puntos de interés encontraremos tanto en sus plataformas peatonales como de vehículos.







Zaragoza y sus puentes, os invito a que les dediquéis buenos ratos a estos y a otros muchos que podemos encontrar. Podríamos estar de puente a puente, las posibilidades son infinitas en esta ciudad de 4 ríos más un Canal Imperial, no olvidemos, obra cumbre de la ingeniería ilustrada europea, pero eso será en otro momento….

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