TRIO DE PUENTES SOBRE EL EBRO
Zaragoza es una ciudad de agua. Nacida al amparo del milenario Hiberus, el padre Ebro la mece eterna como a su hija más querida. Tres de sus afluentes, el Jalón, el Gállego y el Huerva la enriquecen, haciendo que la ciudad de los 4 ríos sea alabada desde hace más de 2000 años por propios y extraños.
Muchos son los puentes por
tanto que podemos encontrar y apreciar en el deambular que os invito a realizar
siempre acompañados de una curiosidad que me supongo no os falta.
Yo aquí me voy a detener en un
trio de puentes extraordinarios que cruzan nuestro amado Ebro. Lugares con
nombre propio que son transitados de forma continua convirtiéndolos en
referentes de nuestra ciudad. El agua es protagonista y por tanto Zaragoza
es una ciudad de puentes, como no podía ser de otra manera.
Comencemos, hablar del Puente de Piedra es
trasladarnos a la razón de ser del primer asentamiento estable a orillas del
Ebro. ¿Fue antes la ciudad o el puente?, esto sigue siendo un dilema. Es
evidente que el lugar estratégico elegido, donde apenas en unos kilómetros
vertían sus aguas tres de los mayores afluentes del caudaloso Ebro, no era
baladí. No es de extrañar que el puente que hoy observamos aprovecha cimentación
de su antepasado romano, no obstante, pasarán siglos hasta que el viejo puente
de piedras y madera, tantas veces reconstruido por innumerables vicisitudes
naturales y humanas, adquiera un empaque digno a su importancia. Será en la Baja Edad Media cuando el empeño, tanto del Concejo ciudadano como de la
Monarquía Aragonesa, de como resultado un puente de piedras en su totalidad, con
puertas, torres e incluso 6 molinos harineros. En 1440 se dio por concluido y
Zaragoza por fin, se engalanaba con una soberbia obra a la altura de su capital
relevancia. A finales del siglo pasado se embelleció con los esplendidos leones
en bronce que Francisco Rallo pensó, recordando otros que antaño tenía el
puente, y se rehabilitó en su totalidad dando un mayor protagonismo al tránsito
peatonal.
Finalizamos con el Puente del Tercer Milenio, una de
las obras señeras de la Expo Internacional del Agua que celebramos en 2008.
Este hito de la arquitectura, obra de Juan José Arenas de Pablo, es el mayor
puente de arco de hormigón suspendido del mundo. Está formado por un arco de
hormigón blanco de 216 metros y 5000 toneladas de peso atirantado por el
tablero que le hizo valedor del primer premio que otorga la Asociación
Científico-Técnica del Hormigón Estructural. Recorrerlo es una gozada, a
cualquier hora del día o la noche, multitud de puntos de interés encontraremos
tanto en sus plataformas peatonales como de vehículos.
Zaragoza y sus puentes, os invito a que les dediquéis
buenos ratos a estos y a otros muchos que podemos encontrar. Podríamos estar de
puente a puente, las posibilidades son infinitas en esta ciudad de 4 ríos más
un Canal Imperial, no olvidemos, obra cumbre de la ingeniería ilustrada
europea, pero eso será en otro momento….
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