Lugares con Derecho propio.
Este paseo que os invito a hacer conmigo por Zaragoza nos servirá para recordar instituciones destacadas de nuestro derecho que son un verdadero distintivo de las relaciones entre el rey y sus súbditos que hicieron de Aragón una tierra excepcional y privilegiada para su tiempo. Me detendré en tres edificios que guardan en mayor o menor medida relación con esto y nos servirán para descubrir gratas sorpresas que nos esperan en sus interiores.
Comenzaremos con la sede del Justicia, institución privativa del reino de Aragón y verdadero orgullo del mismo. De ahí nos desplazaremos al Colegio de Notarios de Aragón que recoge la andadura del centenario colegio que agrupaba a los notarios de número y caja de Zaragoza. Acabaremos visitando la casa que ocupó Jordán de Asso, edificio recientemente reformado y que nos servirá para reflexionar sobre la reutilización de nuestro patrimonio.
Estos tres edificios hunden sus raíces en la Zaragoza renacentista que tantas veces os he indicado marcó un hito dentro de las ciudades hispanas y nos va a servir también para pararnos a pensar en cómo los edificios se han ido adaptando muchas veces a diferentes usos; han sido residencia de sus primeros moradores que los pensaron como escaparate de su prestigio ante la ciudad; hoy en día con el devenir del tiempo son sede de centenarias instituciones que los han visto renacer y embellecerse hasta el punto de poner en valor piezas destacadas de sus interiores, incluso veremos un caso de edificio con uso residencial privado.
Empecemos ya con la visita al palacio que hoy es sede del Justicia de
Aragón.
Hoy el Justicia de Aragón ocupa una antigua casa de tipología renacentista perteneciente a la baja nobleza. Ubicada en el barrio del Boterón en el entorno de la Catedral del Salvador se le conoce con el nombre de sus moradores del siglo XIX, los Armijo. Carecemos de noticias sobre quien la mandara construir, incluso se ha relacionado con alguna casa que pudiera haber pertenecido a los Arcedianos de La Seo, no obstante, lo que hoy podemos apreciar es fruto de la profunda restauración a la que fue sometida a finales del siglo XX para acoger con gran acierto y así embellecerla para ser sede de la institución que es bandera em la defensa de las libertades de Aragón. Un lugar que destaca además por haber puesto en valor las partes más destacadas de su patrimonio incluyendo otras procedentes de edificios tristemente derribados como los dos esplendidos alfarjes salvados del palacio de La Caballería que ennoblecen dos de las salas principales del edificio. Destacan además en los sótanos, antiguas bodegas de la casa, las estancias dedicadas a la figura de Emilio Gastón, primer Justicia de la democracia. Un lugar abierto a todos los aragoneses que nos llena de orgullo por contenido y razón de ser. Gracias por haberme permitido recorrer este lugar con una compañía inmejorable.
Por otro lado, el Colegio Notarial de Aragón tiene su precedente en las
Cortes de Zaragoza de 1263 que ratifica sus privilegios como colegio de
notarios de número de cuarenta o también llamados de caja y número. No hay que
confundirlos con los notarios reales agrupados en la cofradía de Santo Tomás, y
con los cuales surgieron problemas que en ocasiones tuvieron que derimirse en
las propias Cortes o por mediación real.
Estaba formado por personas que debían de ser de competencia intachable y unas
normas muy rigurosas, más incluso que para aspirar a entrar en las órdenes
militares. Hoy el Colegio de Notarios tiene un amplísimo archivo con un gran
número de notas y protocolos notariales de un gran valor histórico y que dan fe
de una labor de mediación y contratación privada en todo tipo de ámbitos que
hoy se torna de un valor documental muy apreciado. Así pues, los notarios de
número y caja serían los defensores acérrimos frente a posibles abusos del
poder real de las antiguas libertades que prueban el carácter libre de los
hombres que constituían el reino de Aragón.
Está instalado desde 1929 en el antiguo palacio de los condes de Sobradiel
y posteriormente condes de Gabarda.
Cerramos este paseo con un coqueto edificio de viviendas recientemente
rehabilitado que se ubica a escasos metros del anterior de los Armijo y que nos
permite seguir tirando del hilo a propósito del Justicia, ya que según parece
aquí vivió Juan Campi, sucesor del recordado Juan de Lanuza. Estamos ante un
edificio también de tipología tradicional de la baja nobleza aragonesa; sabemos que en
el siglo XVII fue morada de la familia Labalsa y que años después a finales del
XVIII fue residencia del insigne Ignacio J. de Asso, jurista y científico,
colaborador del general Palafox durante Los Sitios. Tras una cuidada
restauración se ha puesto en valor los elementos antiguos combinándolos con
otros nuevos, acorde con la nueva funcionalidad del inmueble. Es un acertado
ejemplo de “hacer ciudad” y más aún
dentro del centro histórico.
Que mejor manera para concluir que esta frase del siempre recordado nubepensador Emilio Gastón que todas las noches cual emotivo faro nos ilumina -como no- en la plaza del Justicia.
”…y seguiré la lucha en subjuntivo como si pudiera o pudiese”.
Interesantísimo y con comentarios muy ilustrativos y preciosas fotografias, aunque soy de Zaragoza la verdad que nunca había visto por dentro esas joyas
ResponderEliminarmuchísimas gracias por tus palabras, son un estimulo para seguir.
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