TORRE DEL AGUA
Es uno de los hitos indiscutibles de la Exposición
Internacional del Agua celebrada en Zaragoza en 2008.
Con sus 76 metros de altura preside el Parque del Agua y
cumple con creces uno de los objetivos con los que nació y es ser faro que sirva
de recuerdo perpetuo del evento que transformó la ciudad.
El arquitecto, Enrique de Teresa, diferenció dos zonas en
cuanto a la funcionalidad del edificio. Por un lado, tenemos el zócalo que sirve de zona de asentamiento
a diferentes niveles de todo el conjunto y está formado por tres plantas con
distintas alturas. A partir de aquí se desarrolla la torre propiamente dicha, con su peculiar planta en forma de gota de
agua estando concebida como una escultura de volúmenes casi transparentes y sirviendo
de contenedor a la impresionante instalación Splash, diseñada por Program
Collective y desarrollada por Pere Gifre. Estamos ante una fusión entre
arquitectura y escultura de resultados verdaderamente sorprendentes y plenos de
belleza.
Por encima de aquí hay un tercer nivel superior formado por
una amplia estancia diáfana con dos niveles de ventanas y sobre la cual hay una
terraza.
El ascenso realizado a pie de forma helicoidal a través de
las dos rampas que rodean todo el conjunto, en pleno deleite por los cambios de
luz que inundan el espacio y que se tamizan sutilmente por las interminables ventanas
que abren la torre a los cuatro puntos cardinales de la cuidad es sin duda una
experiencia que bien merece una visita de por sí.
Los actuales gestores de este edificio singular tienen la responsabilidad
de ponerlo en valor y abrirlo plenamente al público. Que así sea.
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